ARTÍCULO PUBLICADO EN LA TRUBUNA DE TALAVERA
Les ofrezco el artículo que ayer publicaba el periódico La Tribuna sobre las cuevas, patios y demás costumbres verdejas.
En el formato papel, aparecen fotografías de las cuevas, patios... He de decirles que vinieron a mi casa a tomar alguna foto y yo que les iba hablando como si nada, resulta que tomaron nota de todo y ahí lo han publicado. Bueno, pues muchas gracias....
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Valdeverdeja desde el subsuelo
Felipe Pulido / Valdeverdeja - domingo, 30 de septiembre de 2012
El setenta por ciento de las casas de la localidad verdeja
mantiene en su hogar las cuevas frigoríficas que servían a la gente del
pueblo para conservar los alimentos
En la parte más oculta de la casa y a pocos metros bajo el suelo, se
esconde parte de la esencia de Valdeverdeja. Escalinatas estrechas
permiten descender hasta estos pequeños habitáculos donde la temperatura
disminuye y se crea el ambiente perfecto para la conservación de los
alimentos.Las cuevas frigoríficas del municipio verdejo forman parte de la tradición más ancestral de la localidad. «Nacieron con el pueblo», explica su alcalde, Juan José Moreno Bravo, que reconoce la vinculación de estos espacios con la construcción de las casas. «Desde el momento en que se hacía una nueva edificación, se creaba una cueva para conservar los alimentos», asegura el regidor de este municipio que supera actualmente los 700 habitantes.
Las familias de labradores de Valdeverdeja utilizaban en épocas pasadas este espacio indispensable de la casa para almacenar queso, jamón y otros alimentos que requerían de las necesidades térmicas de la cueva, a unos diez o quince grados de temperatura. Así, se mantenían los productos de la matanza y del campo conservados durante el resto del año.
Aunque su utilización está hoy algo más restringida, y son muchos los que utilizan estos espacios escondidos de las casas como trastero, alrededor de un setenta por ciento de las construcciones de la localidad mantiene vivo en su interior este pequeño habitáculo.
Pureza Núñez preserva aún una de estas cuevas en el hogar que heredó de sus abuelos. Ella es de las pocas en el pueblo que sigue utilizando este frigorífico natural de muros de piedra para guardar alimentos y conservas. La cueva le sirve para mantener tomate y otros productos que ella misma envasa al baño María y se evita así ocupar espacio en el frigorífico.
Como ella, Guillermina Núñez guarda sus conservas en este espacio. No obstante, confiesa un pequeño secreto: «De vez en cuando bajamos a la cueva a tomarnos el aperitivo», dice esta mujer que decidió mantener la cueva cuando reformó su casa.
No todos comparten la decisión de mantener esta parte del subsuelo de los hogares verdejos cuando emprenden una reforma y, algunos, prefieren rellenar este espacio del pasado con escombros y edificar la casa de nuevo, sepultando para siempre esta parte típica de las tradicionales casas de labranza de Valdeverdeja.
«La cueva forma parte de la casa», asegura Rosa María Rosado, que señala, además, que toda casa típica de la localidad debe tener, junto a la cueva, su propio patio.
Ella misma recoge en su casona los componentes indispensables de las casas típicas del municipio.
Aunque la cueva la utiliza ahora para guardar algunos enseres, ha querido mantenerla en su domicilio, como elemento que guarda la tradición e identidad del pueblo. Junto a ella, la corraliza, presidida por un gran solanero, viste a la casa y le da las características propias de las antiguas casas de labranza de la localidad.
Con frecuencia se puede sorprender a Rosa sentada en el patio con las costuras típicas de la localidad. A medida que enhebra la aguja y borda las medias del traje regional de Valdeverdeja se sumerge en las tradiciones de la localidad y, cobijada por el ambiente de su casa, se traslada en el tiempo hasta otra época: cuando sus abuelos, labradores, regentaban la casa que hoy le pertenece.
Disfruta con el pasado, pero no cierra las puertas a las nuevas tecnologías. En su propio blog escribe las noticias e informaciones del pueblo en el que ha crecido y las comparte en el ciberespacio.
No hay duda que Valdeverdeja esconde en el subsuelo una seña de identidad de su pasado. Una seña que, aunque dormida, guarda el espíritu de este pueblo labrador.
Hola Rosi!!
ResponderEliminarEn primer lugar, agradecerte que hayas publicado el reportaje en este blog tan maravilloso que tenéis. También te agradezco la atención que nos disteis en vuestra localidad y todo aquello que nos contasteis sobre este magnífico municipio.
No había tenido la oportunidad hasta entonces de visitar Valdeverdeja y si el pueblo es una maravilla su gente no se queda atrás.
Un Saludo y animo a todos a visitar la localidad.
¡Gracias!
Felipe Pulido E.