PREGÓN DEL CARNAVAL DE ÁNIMAS. D. JOSÉ Mª GÓMEZ GÓMEZ.

Pregón de la Soldadesca de Animeros y Animeras
                   Valdeverdeja, 15-Febrero-2015

                                               José María Gómez Gómez

Señor alcalde y justicia
que regís Valdeverdeja…
Reverendo cura párroco…
Vecinos que nos contemplan…
Amigos y amigas todos…
Distinguida concurrencia…

Con el alma emocionada,
hijo de cercanas tierras,
a Valdeverdeja vengo
investido de poeta
con mi voz y con mis versos
a pregonar vuestra fiesta.
Fiesta con sabor antiguo.
Fiesta entrañable y honesta.
Fiesta de las Alabardas.
Fiesta de la Soldadesca.
Fiesta de los Carnavales
de Animeros y Animeras….

Valdeverdeja… y qué bien
tu nombre este día suena,
pregonado aquí en la Plaza
con honor y con grandeza!
Fuiste el castro celtibérico
que Vettones construyeran,
más tarde un castro romano,
luego una islámica aldea…
pero cuando los cristianos
conquistaron estas tierras,
de la Puebla de Santiago
que al fin desapareciera
fuiste lugar, señorío
en plena brava Edad Media
de los Condes de Miranda,
los Zúñiga por más señas,
en cuya jurisdicción
creciste altiva y señera…
y ya en nuestro siglo veinte,
si no me marran las cuentas,
llegaste a ser una villa,
allá en los años cincuenta,
de cinco mil habitantes,
con buenas casas de piedra…
Mas, cuando se hizo inviable
en estas fragosas tierras
la labor de agricultura,
padeciste la epidemia
que despobló la comarca:
fue la emigración severa.
Tus buenas gentes buscaron
mejor vida en otras tierras
y muy triste y lentamente
descendió Valdeverdeja
a las setecientas almas
que hoy día son las que la pueblan…

Pero cuando llega el día
de la antigua Soldadesca
el verdejo que se precie
retorna a Valdeverdeja…
a pasear por sus calles
y por la Plaza señera
frente al noble Ayuntamiento
con sus arcadas de piedra
y pórticos bien labrados
con inscripciones y fechas…

Yo también iré por verte,
en el día de la fiesta,
antigua sí pero hermosa,
villa de Valdeverdeja…
Y subiré hasta la Ermita
a rezar la salve en ella
y a admirar con emoción
tu gran Viacrucis de piedra…
Y en el día de la víspera
veré amasar las floretas
y dorarse en la sartén
y en dulce miel embeberlas
para en familia y amigos
hacer “convite” con ellas…
¡Floretas de Carnaval,
gloria de Valdeverdeja!
Y el Domingo de Alabardas
iré feliz a la iglesia
en la alegre comitiva
que forma la Soldadesca…
¡Qué emoción ver en la Misa
de Animeros y Animeras
a la escuadra de Alabardas
hacer con honor la Ofrenda…!

DOMINGO DE CARNAVAL.
¡Qué orgullo, Valdeverdeja,
tu antigua y célebre Escuadra
de Animeros y Animeras!
Helas aquí que ya vienen
llenando la plaza entera
de ritmo, del colorido
de jubones y gorgueras,
de delantales de encaje,
de mantillas y pecheras
de lazos multicolores
cuajados de lentejuelas…
trajes de novia o aldeana
de las mujeres verdejas…
Con ellas los Animeros
vienen formando pareja,
vestidos de calzón negro,
jubón, pañuelos de seda
multicolores, al pecho
cruzados en bandolera…
pañuelo rojo en el cuello,
sombrero negro que vuela
adornado con borlones
y cintas que de ellos cuelgan…
Vienen portando en sus manos
Alabardas recubiertas
con adornos variopintos
y coloreadas telas,
espejos y cascabeles,
esquilillas sonajeras,
collares, plumas y estampas
de devociones añejas…

YA llega el TAMBORILERO
que rige la Soldadesca
con los ritmos entrañables
que desde antiguo resuenan
en esta bien adornada
Plaza de Valdeverdeja…

Y aquí está el ABANDERADO,
figura noble y egregia,
dispuesto a hacer los alardes
del baile de la bandera…
BANDERA DEL CARNAVAL
crucífera, geométrica,
amarillo-anaranjada,
símbolo en Valdeverdeja
de su egregia tradición
y de su historia señera…

Pero, ea, que ya empiezan
las danzas y los alardes
de Animeros y Animeras…

Van llegando los pequeños,
luciendo garbo y majeza…

Desde la iglesia han venido
con gracioso aire trotón
los pequeños animeros
a bailar el “Ton to tón”.

Y veréis con cuánta gracia,
con qué natural destreza,
el pequeño Abanderado
enarbola la bandera…

Animeras juveniles,
Venid… ocupad la Plaza
y alegrad con vuestros bailes
esta espléndida mañana…
Hoy es Domingo de Gallos,
Domingo Gordo en España,
Domingo de Carnaval,
el Domingo de Alabardas…
Valdeverdeja celebra
Su tradición más sagrada…

Llega el turno a los mayores.
La Plaza es toda un clamor.
De entre el grupo se adelanta
(el) Abanderado Mayor.
A todos nos sobrecoge
una profunda emoción
viendo cómo vuela airosa
agitada con primor
nuestra Bandera de Ánimas,
nuestra Sagrado Pendón
que simboliza las almas
que nuestro pueblo forjó
Verdejos, ved la Bandera
que tantas veces bailó
en esta entrañable Plaza
nuestro pueblo con tesón…
Ella es la historia del pueblo.
Es ella nuestro blasón.
Al bailarla repetimos
la gloriosa tradición
que nuestros antepasados
guardaron con tanto amor…
Verdejos… Esa Bandera
es nuestro histórico honor.
Las almas de nuestro pueblo
bullen a su alrededor…

Que salgan los Animeros
formando lindas parejas
para ejecutar la antigua
danza de la Soldadesca,
danza de las Alabardas
en que consiste la fiesta…
Ved cómo ocupan la Plaza
con caracoladas vueltas,
invitando a los presentes
a hacer la piadosa ofrenda…
Tiene un aire militar
el ritmo que la sustenta,
mientras tejen los cordones,
las cintas que colorean
cruzándose con primor,
con elegante destreza…
Y todo para animar
a cuantos presentes sean
al OFERTORIO DE ÁNIMAS,
razón de ser de la fiesta…
El párroco y el alcalde
esperan junto a la Mesa
en un sitio de la Plaza
galanamente dispuesta
con gran acompañamiento
para coger las OFRENDAS
para las Misas de Ánimas
en el tiempo de Cuaresma.
Para ello son las ganancias
de la venta de floretas,
porque el Carnaval de Ánimas
que los verdejos celebran
tiene un fondo religioso:
rezar por las almas buenas
de nuestros antepasados
para aliviarles las penas
del Purgatorio, y así
purificados asciendan
a gozar junto a Dios Padre
la Felicidad Eterna.
¡Qué fin tan piadoso tiene
la vistosa Soldadesca
del día de Carnaval,
gloria de Valdeverdeja!

Y ya, para terminar,
Si la voz no se me quiebra,
Dejadme gritar muy alto…
que se oiga en la comarca entera:
¡Viva! ¡Viva el Carnaval!
¡Que viva la Soldadesca
de Animeros y Animeras!

¡Y viva Valdeverdeja!

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